Hugo (Bolívar) Chávez

Hugo (Bolívar) Chávez

Chávez sabe que cuenta con el apoyo de las mujeres. Su esposa le acompaña en los actos públicos.


FUE APARTADO DEL EJÉRCITO, pero le sigue gustando que le llamen comandante Chávez. Es el hombre que ha levantado a las masas más desposeídas en Venezuela (22.500.000 habitantes) y cuenta con todo a su favor para ser el próximo presidente del país más rico en recursos naturales de América Latina, pero al que los malos gobiernos, envueltos en la corrupción más feroz, dejaron en la intemperie.

Asegura que él sacará a la nación de la crisis en la que se halla sumida desde hace varias décadas. Para lograrlo, ha diseñado un programa que intenta eliminar el déficit fiscal y en consecuencia la inflación y devaluación de la moneda. Paralelamente, pondrá en práctica un plan de desarrollo productivo, donde las inversiones nacionales e internacionales serán el punto central de la recuperación de la autoes-tima del venezolano, ahora por los suelos, según dice.

Este domingo puede ser el gran día para Hugo Chávez Frías. Nacido hace 44 años en un pueblo llanero del Estado Barinas, donde todo es horizonte, puede ser presidente de la República de Venezuela con los votos de los nuevos descamisados. Chávez es un hombre de presencia, no muy alto. Rasgos duros, ademanes castrenses de "ordeno y mando", todo envuelto en la vieja demagogia bolivariana, la que los políticos venezolanos, siempre usándola para su propio beneficio, han devaluado y él quiere volver a rescatar.

Nadie pone en duda sus dotes de líder nato. Cuando habla, la gente se apiña ante él y llega a concentrar a una masa de más de 100.000 personas. Es sin duda un fenómeno electoral. Subido a la palestra cuando se alzó en armas con otros jóvenes militares contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992, no pudo cristalizar su sueño de conseguir un cambio radical para el país, pero ahora, después de pagar varios meses de cárcel, y con el voto popular, puede ocupar la silla presidencial de Miraflores, el palacio que no pudo tomar entonces y que ahora se le ofrece casi con ruego de que lo haga suyo.

Pregunta.-Se dice que ésta es la campaña política más apasionante que ha tenido Venezuela en los últimos 30 años. ¿Está de acuerdo con esa apreciación?

Respuesta.-Se acabó una época y viene otra. Terminó un modelo político y llega otro. Estamos en pleno proceso de transición y nuestro triunfo va a acelerar la transformación, pero estabilizando la institución democrática. El haber propuesto en los comicios electorales llevar como bandera la convocatoria a una Constituyente, tiene como intención acelerar la transición, porque desde hace años está labrándose en Venezuela una verdadera posibilidad de cambio. Así que el triunfo nuestro va a acelerar esa transformación, la va a equilibrar, la va a hacer menos traumática, aun cuando, en un supuesto fracaso, llegue a la presidencia de la República otra persona, otro factor político. Con todo, nadie podrá evitar el cambio, pues las revoluciones no dependen de un hombre o de una mujer; son procesos que una vez desatados son indeterminables, como éste nuestro nacido después del 4 de febrero de 1992.

P.-Mucha gente tiene miedo de hablar por su violencia.

R.-No soy violento, al contrario. Aunque mantengo un carácter fuerte, soy sensible. Sucede que la campaña pagada por entes bancarios y grandes grupos económicos contra mi persona, es para hacerme ver como un ser irresponsable, pues ellos desean seguir manejando Venezuela simplemente bajo la opción de sus propios intereses económicos. No estamos contra la libre empresa, las inversiones serán bienvenidas en nuestro gobierno, pero como en todos los países del mundo, habrá unas normas que se tendrán que respetar, lo mismo que sus derechos.

P.-En Venezuela hay bancos españoles. ¿También pagan campañas en su contra?

R.-No es mi intención polemizar con nadie. Allá cada cual con su conciencia.

P.-Analizando las encuestas se contempla que usted tiene el mayor porcentaje de aceptación, pero también el de mayor rechazo. Esa ambivalencia, ¿cómo la ve? ¿A qué se debe ese balance de odio/amor de la gente hacia usted?

R.-No es otra cosa que el reflejo de la polarización existente en Venezuela. El índice de aceptación de la propuesta que ofrecemos se sitúa entre el 40 y 50% y el de rechazo se alza en un 32 o 33%. Claro que el núcleo de ese rechazo es la suma de quienes siguen a Alfaro Ucero, Salas Romer e Irene Sáez con algunas excepciones minoritarias, pero ahí está el rechazo. Son posiciones muy claramente definidas. A nosotros no nos preocupa ese índice de rechazo, pues es simplemente la bipolaridad en este momento histórico que vive Venezuela.

P.-Imaginemos que el domingo, después de ser ofrecido el primer recuento de los votos, recibe información de que se hizo trampa. ¿Qué pasaría?

R.-Encabezaría una inmensa protesta nacional, por supuesto pacífica. Lo que sí le digo es que yo no voy a quedarme parado, mirando cómo se desarrolla el fraude. Salgo a la calle a pelear mis votos. No vamos a quemar Caracas, ni a sacar palos y fusiles. No, no, de ninguna manera. Sólo ejerceríamos el derecho a la protesta, saldríamos a las plazas, calles y avenidas a reclamarle al país y al mundo que se respete la voluntad del pueblo.

Por todos es conocido, y existen hasta trabajos de tesis doctoral sobre ello, que el partido Acción Democrática (de Carlos Andrés Pérez) se ha hecho experto en robar votos, en cambiar papeletas, en eso de que, "acta mata voto", porque el nuestro es un sistema democrático muy sui generis, pero estoy seguro de que van a fracasar en su intento de fraude, porque estamos trabajando en un plan antifraude.

Por eso, desde antes de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, venimos desarrollando un plan antifraude, que contempla tres componentes: uno de ellos es una poderosa maquinaria para cuidar nuestros votos y asegurar que, antes y ahora, en cada mesa electoral exista un equipo de personas del Polo Patriótico que lleva mi candidatura, bien entrenados y mejor preparados para defender hasta el último voto.

El segundo es que ya disponemos de un equipo electrónico computarizado para hacerle seguimiento a todo el proceso electoral.

El tercer componente no está bajo nuestro control pero lo conocemos muy bien: nos referimos a las Fuerzas Armadas, las cuales estamos seguros serán garantes de la voluntad popular y neutralizarán cualquier fraude que se produzca.

Y por último, contamos con el pueblo, esa gran fuerza social lista para salir a reclamar sus derechos si no se le quieren reconocer.

P.-Sus enemigos le acusan de muchas cosas, una de ellas de haber dicho: "Cuando seamos gobierno, a quien tenga dos casas se le quitará una". ¿Es cierto?

R.-Eso es parte de una estrategia goebbelsiana de repetir mentiras hasta que la gente crea que son verdad. No hace mucho, un oficial del Ejército me alertó sobre la existencia de un plan para asesinarme. Desde hace tiempo, un grupo de francotiradores nacionales y extranjeros me sigue los pasos, preparándome un atentado.

P.-¿No será eso propaganda electoral?

R.-De ninguna manera. Es más, nos puede perjudicar porque esto enciende el clima de violencia ya existente. Sería espantoso para este país que la oportunidad de ir hacia la paz, de encontrarse con una democracia verdadera, sea truncada por un asesinato político que puede generar una guerra civil espantosa.

P.-Hablemos de su proyecto político en cuanto a inversiones extranjeras. ¿Piensa nacionalizar o dar facilidades a los inversionistas?

R.-Desde hace tiempo he asumido la responsabilidad de hablar con inversionistas y empresarios. Se me ha comparado con Hitler o Mussolini y ante esto deseamos explicar nuestro ideal económico, un proyecto que busca el lado humano del capitalismo, alejándonos del neoliberalismo salvaje, responsable de tanta hambre y miseria en millones de seres humanos.

Sobre esa base, proponemos un modelo económico humanista, diversificado, un modelo económico productivo intermedio, orientado a la producción y a generar empleo.

En mi gobierno este tipo de desarrollo económico se basará en cinco líneas dinamizadoras. Primero, petróleo y petroquímica, en la que la empresa privada será vital, pues sin ella ese modelo económico no tiene cabida. Segundo, la industria de la construcción, para comenzar a construir inmediatamente desde vías férreas a viviendas. El tercer eje es el agro. La industria turística es el cuarto y por último, no por ello menos importante, la pequeña empresa.

Pero para impulsar este modelo económico diversificado y productivo es imprescindible el capital privado nacional e internacional. Así es que a los empresarios de cualquier parte del mundo les digo: "Vengan, les ofrecemos algo que es vital y que se llama seguridad jurídica, seriedad". Que sepan que están hablando con gente responsable que va a respetar las reglas y los acuerdos y que no va a estar pidiendo comisiones.

P.-Existe información de que la clase pudiente ya está comprando dólares y pasajes para salir del país si usted gana las elecciones. ¿Qué está haciendo para convencerles de que no abandonen Venezuela?

R.-Un poco lo que ya venimos haciendo desde hace meses: dedicándonos a reunirnos y conversar con diferentes sectores. Cada vez que me invitan a reuniones con la clase media y alta, aprovecho para bajar esos temores y creo que le estamos haciendo frente a tanto torbellino de propaganda negra.

P.-Se ve usted como Fujimori.

R.-No, de ninguna manera. Creo que tenemos diferentes estilos. Nosotros hemos dicho que si es necesario tomaremos medidas radicales, pero producto del consenso democrático.

P.-¿Y su opinión de Fidel Castro?

R.-Debemos respetar al hombre que está en la isla. Siempre he dicho, y lo mantengo: Cuba para los cubanos. El lugar nuestro es Venezuela, debemos poner orden aquí y los cubanos que arreglen sus problemas allá.

P.-¿Y su opinión de los 40 años del Gobierno de Franco?

R.-Es un hecho que ha tenido su razón histórica. Igual sucedió en Venezuela con el general Marcos Pérez Giménez. No podemos emitir juicios, condenar o alabar situaciones que no son conocidas a fondo. Franco tuvo su tiempo y la historia lo juzgará. Ahora España está en una democracia de empuje hacia el futuro, y nosotros apostamos por ella en el orden social, económico y político.

P.-¿Tiene contacto con políticos españoles?

R.-No. Ha habido algunas invitaciones, pero nunca han cuajado.

P.-¿No le asusta el poder, comandante?

R.-Algunas veces, de noche, siento pesadillas, pero es por el cansancio del cuerpo, no del espíritu repleto de fuerza bolivariana.

P.-Y para usted, ¿quién es Simón Bolívar?

R.-América entera.



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