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1993: MARIO CONDE
EL ESPECTADOR
Un extraño clima de negocios
Justino Sinova
Uno de los fenómenos más sorprendentes de los años socialistas fue el protagonismo que ejerció la beautiful people. Era una rareza que no cabía sospechar en los primeros pasos de Felipe González, aunque el Partido Socialista, bajo su liderazgo, hubiera realizado un rápido ejercicio de moderación. El auge de la gente guapa fue la consecuencia de dos desplazamientos: del Gobierno del PSOE había un sector de la sociedad del que históricamente estaba muy distanciado y de gente del mundo del negocio hacia el partido que mandaba. El segundo era más explicable que el primero. Pero pudo verse pronto que algunos destacados socialistas no le hacían ascos a ese matrimonio insólito bajo la excusa de que había llegado la hora de los que nunca tuvieron su oportunidad. Así se dio la incoherencia de que la llegada del PSOE al poder sirviera para generar un clima de negocio fácil. Viejos socialistas no ocultaban su escándalo, mientras gentes de la derecha más conservadora celebraban la caída de los hombres de González en las tentaciones capitalistas más vulgares. De tal manera, la famosa y deseada pasada por la izquierda quedaba atenuada por una peculiar reconversión de esa izquierda. Lo peor es que el auge del negocio fácil se aplaudió desde el Gobierno: ¡hasta un ministro de González lo proclamó como un detalle positivo! No era extraño que, en esas condiciones, se desbordara el límite. Al final, la expresión beautiful people transmite una imagen de exceso y amaño entre compadres inesperados, cuyos efectos fueron conocidos por la opinión pública y sufridos por el propio Partido Socialista.
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