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Star Wars de andar por casa

Decenas de aficionados fabrican sus propios Episodios Estelares
JAVIER CANDEIRA

Contrariamente a lo que muchos aficionados puedan pensar, El Episodio I no es la cuarta película de la saga Star Wars. Hay más de tres películas anteriores. A lo largo de los últimos 20 años, aficionados de todas las edades, profesiones e intereses se han dedicado a hacer sus propias películas ambientadas en el universo creado por George Lucas. Estos cineastas de salón son capaces de suplir la falta de medios con ingenio, creatividad y, sobre todo, grandes dosis de sentido del humor.

George Lucas no parece tener ningún problema con que estos aficionados produzcan y distribuyan sus propias historias. En principio, cualquier persona que haga una película basada en los personajes, guiones o diseños de Star Wars no se encontrará con la oposición de Lucasfilms, mientras no intente obtener un beneficio económico.

Después de todo, los fans son la mejor maquinaria de márketing para Star Wars. Un producto cultural que se ha convertido en una de las principales mitologías de este siglo XX enigmático y febril, y que incluso traspasa las fronteras del nuevo milenio. Aunque no hay que olvidar que La guerra de las galaxias no transcurre en el futuro, sino en el pasado: "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana..."

En el principio fue el remake
En 1977, apenas estrenada Star Wars, dos californianos llamados Michael Wiese y Ernie Fosselius produjeron una farsa de 13 minutos titulada Hardware Wars. Este corto es a 'La Guerra de las galaxias' lo que 'La venganza de Don Mendo' a 'La vida es sueño': una farsa en la que Chewbacca se ve desplazado por Coco, el monstruo peludo y azul de Barrio Sésamo; C3PO cede su lugar al hombre de lata de El mago de Oz; y la delicada Princesa Leia se transforma en la princesa Anne Droid, una mega-hembra interpretada por la generosamente dotada Cindy Freeling.

Los defectos especiales de Harware Wars tampoco tienen desperdicio: en vez de naves exquisitamente diseñadas, los protagonistas de sus batallas espaciales son planchas, batidoras y tostadoras de pan.

Esta primera película de Star Wars hecha por aficionados ostenta también la distinción de ser el cortometraje más vendido de la historia. De la primera versión de Hardware Wars, distribuída en vídeo por Warner Bros., se vendieron 6.000 copias. En 1997 Michael Wiese produjo la Edición Especial, cuyos defectos especiales mejorados parodian los de la reedición de la Trilogía de George Lucas, y de la que se han vendido 50.000 copias.

Actores de plástico
El uso de muñecos como actores en el cine doméstico es una tradición, y muchas películas de
Star Wars la siguen fielmente. Mediante este recurso, los cineastas aficionados dejan que sea la propia Lucasfilms, a través de Mattel, Hasbro y otras empresas jugueteras, la encargada del casting de personajes, y también del diseño y fabricación de vestuario, naves, y un largo etcétera.

No hay que olvidar que Star Wars fue la primera película que obtuvo más ingresos de la venta de juguetes que de las recaudaciones en taquilla. Uno de los principales exponentes del uso de este recurso es Evan Mather, un arquitecto de Seattle que dedica su tiempo libre a crear historias altamente postmodernas, en las que Lando Calrissian puede ser un personaje de Fiebre del Sábado Noche (y enfrentarse a Godzilla), Obi Wan Kenobi puede ser un seguidor del Kung Fu en lugar de un Maestro Jedi, o Quentin Tarantino puede dirigir una secuencia de La guerra de las galaxias.

Se trata de un cine de autor en el sentido más estricto: estos cortos son pequeños chistes abiertamente intelectuales, relacionados con películas de culto.

Otros cineastas que trabajan con muñecos son mucho más literales. Star Wars: Figure Edition es una versión rodada con muñecos del guión íntegro de La guerra de las galaxias. Un ejercicio de remake hecho con más cariño que muchos de los realizados últimamente por Hollywood...

Juegos de parodia
El ejemplo más señero de películas de Star Wars hechas por aficionados es, sin lugar a dudas, Troops. Este cortometraje escrito y dirigido por Kevin Rubio es un magnífico ejemplo de cómo un género menor puede producir obras de gran calidad.
Troops es el Ciudadano Kane de las películas hechas por fans.

El mecanismo cómico de Troops es el mismo que usan los guionistas de 'Las noticias del guiñol' cuando visten a Felipe González de Cantinflas o a Anguita de Quijote: el personaje real se revela a través de un personaje ficticio que magnifica sus contradicciones.

Kevin Rubio viste a los policías de Cops (reality show televisivo cuyos protagonistas son policías reales en situaciones reales) con uniformes de soldado imperial, y los deja caer en el universo de Star Wars, más concretamente en el planeta Tattoine. El resultado es doblemente hilarante.

En la introducción, un soldado imperial comenta que el trabajo en Tattoine le proporciona muchas satisfacciones, porque "aquí uno conoce a todo el mundo" y "uno siente que lo que hace vale la pena". En las dos escenas que siguen, soldados imperiales de gatillo fácil y sesos de mosquito liquidan a los tíos de Luke Skywalker ("Parece una pelea conyugal... la mujer dice que el chico ha desaparecido y se ha llevado a unos androides") y a los Jawas ("¿Señor, es suyo este androide? ¿Tiene los papeles? ... Ah, el androide es de su primo... ¿Es éste su primo?").

Miles de personajes en busca de Star Wars
Otros cineastas han seguido el ejemplo de Kevin Rubio. Trooper Clerks es el remake del trailer original de Clerks, la opera prima del cineasta independiente Kevin Smith. Un ejercicio de cinematografía postmoderna que en ocasiones recuerda más al teatro del absurdo que a otra cosa.

A menudo los trailers son mejores que las películas que anuncian, pero éste no era el caso de Clerks. Si el trailer original es una pequeña obra maestra de la comedia, esta revisión lo convierte en un experimento extrañamente absurdista pero igualmente cómico.

La grabación en vídeo le da a The Odd Star Wars Couple (remake de la sitcom del mismo nombre con Darth Vader como Oscar y Chewbacca como Félix) el tono visual perfecto para producir una sensación de dejà vu. Es un humor infantil y grosero (Darth Vader es un maniático del orden, Chewbacca se pasa el día tirándose pedos), pero funciona admirablemente bien.

Es la intersección ingenuamente exagerada de dos mitos de los 70, y una vuelta de tuerca más a la obra de teatro de Neil Simon, encarnada para la pantalla por Jack Lemmon y Walter Matthau, convertida luego en telecomedia, y parodiada ahora en tono Star Wars. ¿Alguien puede pedir más?

Más bestia, más fuerte, y sin cortes
Como si quisieran demostrar que hay vida después del Episodio I, dos veinteañeros llamados Ayat Asif y Ted Bracewell se pusieron manos a la obra y crearon la primera parodia de las prequelas de Star Wars: Park Wars es un remake, escena por escena, del trailer del Episodio I, en el cual, por supuesto, se nos da a entender que... ¡Oh, no! ¡Cabrones! ¿Matarán a Kenny?

Y los cineastas aficionados no sólo tienen que ser fans de Star Wars. Es el caso de Steve Oedekerk, cuyos pulgares no sólo protagonizan Thumb Wars ("thumb" es la palabra inglesa para decir "pulgar"). Este infatigable creador es también el autor de Thumbtanic y The Thumbersons, y el primero de estos títulos ya ha conseguido que sus pulgares protagonicen el anuncio televisivo de un proveedor de internet norteamericano.

El rostro de Lucas
La penúltima adición a esta serie no es tanto una parodia de Star Wars en sí, como un homenaje a su autor. George Lucas in Love sigue los pasos de un joven Lucas durante los tres días previos a la entrega de su proyecto de fin de carrera en la escuela de cine de la University of Southern California.

Mientras busca inspiración para escribir su guión, que más tarde sería la película de culto THX1138, alrededor de él giran todo tipo de personajes que resultarán familiares a los espectadores de Star Wars.

Su némesis es un desagradable estudiante vestido de negro y al que acompaña a todas partes su spray antiasma; su profesor es un viejo excéntrico que cambia el orden de las palabras cuando habla; y la que será su musa es una joven con trenzas enrolladas en dos moños alrededor de la cabeza.

Las referencias temáticas a Shakespeare in Love se superponen con citas a Star Wars durante los 9 minutos que dura esta pequeña obra maestra. Su autor y director, Joseph Nussbaum, tiene ya un contrato para desarrollar un largometraje.

"No se vayan todavía, aún hay más"
El mejor sitio para encontrar parodias de Star Wars es Mos Eisley Multiplex, o los Multicines de Mos Eisley. El recurso definitivo sobre cinematografía amateur en torno a Star Wars. En ella el coleccionista obsesivo podrá encontrar todas las películas citadas en este artículo, y muchas más.


by Diario del Navegante