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Lucas hace las paces con la Red

El director sacia en su web la curiosidad de sus fans sobre el Episodio II

JOSE LUIS DE VICENTE

George Lucas siempre ha mostrado una actitud algo contradictoria hacia la tecnología. En el plano técnico, sus películas han revolucionado el concepto de cine-espectáculo gracias a sus deslumbrantes efectos, y nunca ha tenido miedo de emplear las herramientas más avanzadas para introducir innovaciones en el lenguaje audiovisual.

"La Guerra de Las Galaxias", por ejemplo, fue la primera película en utilizar ordenadores para controlar los movimientos de cámara. Sus compañías de efectos visuales y sonido, Industrial Light and Magic y THX, han revolucionado sus respectivos campos, e incluso el mundo de la animación por ordenador tiene algo que deberle: Pixar, el pionero estudio responsable de obras como "Toy Story" o "Bichos", empezó siendo sólo un departamento de ILM.

Sin embargo, las historias de Lucas hablan de sociedades primitivas como los Ewoks o los Gungan, capaces de imponerse a sofisticadas naves espaciales y ejércitos de robots a través de valores tradicionales como el esfuerzo y la colaboración.

Su primera película, "THX 1138", era una apocalíptica historia sobre un estado opresor que controla a sus ciudadanos electrónicamente, y personalmente, el director siempre se ha confesado un amante de la naturaleza y de la vida sencilla que prefiere sentarse bajo un árbol con un libro a conectarse a Internet.

George Lucas, dando la mano a sus fans en el rodaje de Sevilla. EL MUNDO

Es significativo que su cuartel general, el mítico Rancho Skywalker, lejos de ser un templo a la tecnología similar a la mansión de Bill Gates, esté decorado con un vetusto y pomposo estilo victoriano.

Las relaciones de Lucas con la Red han sido igual de paradójicas. Por una parte, el director debía sentirse agradecido hacia esta  revolución tecnológica, ya que en los últimos años nada ha hecho más por resucitar el interés por su saga y devolverle la relevancia cultural de que disfrutó en los años 80.

Después de casi una década sumida en un cierto olvido, eclipsada por un nuevo tipo de cine de efectos especiales mucho más violento y frenético, la popularización de la web a mediados de los 90 trajo consigo la reivindicación de "La Guerra de las Galaxias" como la mitología por excelencia de la primera generación de internautas.

Tiene sentido: los jóvenes que tiran de la Nueva Economía y  llenan las compañías de Silicon Valley son en su mayoria los mismos niños que a comienzos de los ochenta pasaban su infancia jugando con figuras de Han Solo, Yoda y Dath Vader, y visionando hasta la extenuación  sus cintas de video de Star Wars.

Es significativo que el popular foro para "geeks" Slashdot, dedicado principalmente a información sobre Internet y tecnología, cuente con un apartado especial dedicado a la actualidad de la saga galáctica.

Natalie Portman, la reina Amidala, en un momento del rodaje en la Plaza de España, Sevilla. EL MUNDO

Sin embargo, esta fascinación de la Red por la obra de Lucas no ha sido, ni mucho menos, correspondida. Desde que en 1994 se anunció que los largamente prometidos episodios I, II y III serían finalmente llevados a la pantalla, el  director californiano ha tenido toda clase de encontronazos con este nuevo medio tan frecuentado por los que le han hecho multimillonario.

Si Lucas se ha hecho famoso por el secretismo de sus rodajes, el Episodio I se convertió en el principal estímulo para que apareciesen toda una serie de webs como Ain't it Cool News o Coming Attractions, empeñadas en sacar a la luz todos los detalles posibles sobre los proyectos cinemátograficos en producción.

La ira de Lucasfilm no fue suficiente para evitar que semanas antes del estreno de la "Amenaza Fantasma", cualquiera pudiese encontrar en la Red hasta el más mínimo detalle sobre su argumento.


Por otra parte, el control absoluto que el cineasta pretende ejercer sobre su creación le ha enfrentado en varias ocasiones con sus propios admiradores. A principios de año, su productora presentó una demanda contra el propietario del dominio "tatooine.com", un fan de Star Wars que lo llevaba utilizando desde 1997 para una página sin fines comerciales dedicada a la trilogía.

El imperio contraataca

Pero si algo no puede decirse de Lucas es que carezca de visión. El comienzo de la producción del Episodio II ha supuesto el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre la Red y su imperio tecnológico-publicitario.

Con la lección aprendida, el director se ha propuesto convertir su página oficial en el punto de referencia en Internet para todo lo relacionado con su creación, un puesto que tradicionalmente ha correspondido a la espectacular y completísima TheForce.net. Y para ello, les está ofreciendo justo lo que quieren: información.

A diferencia de lo ocurrido durante el rodaje del Episodio I, cada novedad relacionada con la nueva entrega de la saga ha sido rápidamente comunicada a través de de su sección de noticias.

De esta manera, la incorporación al reparto del mítico Christopher Lee a principios de julio no pudo ni siquiera llegar convertirse en un chascarillo; la confirmación oficial fue tan inmediata que no dejó mucho tiempo para la rumorología.


Lucas se ha esforzado además por transmitir a sus fans una imagen de transparencia a través de secciones como el Consejo Jedi, donde se puede remitir toda clase de preguntas a miembros de su equipo tan importantes como el productor Rick McCallum, su "mano derecha" en la nueva trilogía,  y el mítico Ben Burt,  responsable de los efectos de sonido de todas las películas de la saga.


Lo más impactante, sin embargo, es que el cineasta haya empleado su web para abrir por primera vez  las puertas de su plató y mostrar pequeñas pinceladas de lo que allí ha estado ocurriendo durante los últimos dos meses.

La sección Select es una galeria de imágenes del rodaje que ha servido para despertar toda clase de especulaciones sobre el argumento del Episodio II.

En otro apartado, el actor que pone la voz al tan odiado Jar Jar ha estado realizando un interesante diario en video que no revela mucho sobre la historia pero permite conocer el dia a dia del proceso de producción de una película de esta envergadura.


A pesar de todo esto, Lucas no ha renunciado ni a un ápice de su afan de control. Ni imágenes ni videos pueden ser copiados, redistribuidos o utilizados en otra página,  y ni siquiera se permite poner un enlace a estos de la manera habitual. Si queremos enviar a estas secciones a los visitantes de nuestra web, Lucasfilm exige que introduzcamos unas lineas de código en nuestra página para que aparezcan unos flamantes logos que dejen muy clara la procedencia de este material y su propietario.


by Diario del Navegante