En
nuestro país la mayor parte de los especialistas se decanta
por la epidural, aunque este procedimiento es algo similar. Pese
a que permite a la paciente caminar y perder menos sensibilidad,
requiere dos punciones, una de ellas en la zona
subaracnoidea que eleva el riesgo de que la madre sufra fuertes
dolores de cabeza por pérdida del líquido cefalorraquídeo.
Por este espacio, que rodea toda la médula espinal, circula
esta sustancia que 'baña' todo el sistema nervioso. Al administrar
la anestesia, ésta adormece completamente el cuerpo
de cintura para abajo y ayuda a soportar los dolores provocados
por las contracciones y a consecuencia de la episiotomía
si se hubiese tenido que practicar uno de estos cortes.
Su efecto (a diferencia de la epidural, que necesita algunos minutos)
es inmediato y dura unas dos horas. Por este motivo, cuando la dilatación
está muy avanzada y los especialistas calculan que el nacimiento
puede tener lugar dentro de ese período de tiempo, se opta
por este método en lugar de por la epidural. De esta manera
se obtiene un alivio del dolor inmediato que, de
otra forma, llegaría una vez pasado el momento más
doloroso para la parturienta.
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