AUNQUE RESULTA MUY FEO hablar bien de los vivos (entre otras razones, para eso se muere uno, para que hablen bien de ti) en el MAGAZINE de esta semana decidimos llevar la contraria a la tradición y hacer un canto a Montserrat Caballé, La Voz, con mayúscula. Hurgando en la vida de la Caballé, todo lo que hemos hallado y nos han dicho sobre ella es excelente. Sus amigos y sus no amigos coinciden en su enorme valor artístico y humano, que excede con mucho a su peso físico. Por cierto, el gran secreto de Montserrat es el registro de su báscula: sólo se sabe que hace 43 años, cuando comenzó a cantar, pensaba 60 kilos. Escuchado lo oído sobre nuestra cantante universal, cabría citar a Woody Allen cuando, en su película Manhattan, hace decir a Ike: "¿Por qué vale la pena vivir?"... "Hum,... hum, bueno, hay que ser optimistas. Hay varias cosas que creo que hacen que valga la pena vivir. Hum... Yo diría, Groucho Marx, por mencionar una, hum..., La Educación Sentimental, de Flaubert, hum..., las peras de Cézanne, hum...", La Voz de Montserrat Caballé, añadimos nosotros. Este segundo número del MAGAZINE (gracias por la acogida del domingo pasado) nos ha quedado muy paterno sentimental. La meta de Montserrat, en el tramo final de su carrera, es situar a su hija en primera línea del escenario; la de Andrés Aberasturi, con un encanto de hijo llamado Cris, con parálisis cerebral, conseguir el respeto para los niños con este problema, y para ello ha escrito un libro tan tierno como el sol otoñal; Pío Cabanillas hijo habla también bien de su padre ya muerto, el político más astuto, más gallego en una palabra, de la Transición; la gran escritora Martín Gaite tiene un tesoro, la pluma de su padre; y Paul McCartney, 18 meses después de la muerte de Linda, su mujer, crea urgido por el dolor de la soledad.
LA REINA Y SUS NIETOS. Juan es el quinto y Felipe Juan (Froilán), el tercero. A la línea sucesoria de la monarquía española le falta su segundo natural, el que haga correr el escalafón; serÍa el hijo del primero, pero al primero todavÍa hay que casarlo. Marichalar Borbón, Urdangarín Borbón, a la espera del Borbón equis, el segundo rey del nuevo milenio. Orden y números, nacimientos y bodas en la casa real son cuestión de estado, es inherente al oficio. Pero algo hacen muy bien los patriarcas de esa casa, humanizar las solemnidades. La reina, la abuela, es capaz de teñir la sangre azul en roja.
Por Rafael Moyano. Ilustración de Ulises Culebro
Por MIGUEL ÁNGEL MELLADO
