GENTES

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LA SONRISA: misma pose, misma dentadura, mismos ojos achinados (de felicidad). La de Carolina más madura; la de Carlota más cándida.


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DE CALLE: para salir de compras por París, Mónaco o la Provenza, chaquetas vaqueras. Sólo una diferencia, a Carlota se le han olvidado las gafas.


Carlota Casiraghi, hija de Carolina, es la esperanza del principado para regenerar la corona

Todo Mónaco vive pendiente de su sonrisa. Porque, con razón, su rostro será el embajador futuro de la tan denostada corona monegasca, llena de guardaespaldas y príncipes con alergia al matrimonio. La niña Carlota, con casi 12 años, tiene el futuro hipotecado: está destinada a ser la mujer bandera de la casa Grimaldi del próximo milenio. Las portadas de las revistas serán suyas. Si no lo son ya. A pesar de su juventud, Carlota, hija de Carolina y del fallecido Stefano Casiraghi, ya despunta en los objetivos cuando posa con su familia desde el balcón del palacio Grimaldi en Mónaco. La mirada se repite, la gracia se repite, los gustos se repiten... Aunque dicen que, a pesar de su juventud, la principita, vivaz y espabilada, es más decidida y segura de lo que ha sido en su vida Carolina, su madre. Sus hermanos, Andrea -el nieto favorito de Rainiero- y Pierre recuerdan mucho a su padre, Stefano. Carlota, parece, es la verdadera heredera del glamour Grimaldi. Y con ella, Carolina siente mayor afinidad. Se nota en las fotos. Carlota es la perfecta cómplice y consejera de mamá para ir de compras a la Maison Chanel o a los salones de belleza de París. Carlota, de cabellos oscuros y ojos azules, nariz impertinente y mirada seductora, sólo tiene que esperar, esquiar y cabalgar. Las cámaras ya la aguardan.


EL FUTURO
En 1993 se reconocía a Andrea, Pierre y Carlota como hijos legítimos de Carolina y Stefano. Carlota ocupa ahora el quinto lugar en la sucesión al trono, después del soltero Alberto, su madre Carolina y sus dos hermanos. Las voces entusiastas que proclaman la regeneración de la corona de Mónaco ven a Carlota, de 12 años, como la futura esposa de Guillermo de Inglaterra, hijo de Diana y Carlos. Pero Carlota no tiene la culpa de que Guillermo se interese por las Spice Girls.



Por Enric Pastor




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